"Hoy me sentí incómoda", admite. "Saber que tengo malos ángulos y que el fotógrafo puede hacer una mala foto me hace sentir insegura. Pero estoy mucho mejor de lo que solía ser. En mi primera sesión después de recibir tratamiento, entré en crisis y corrí fuera del estudio. Así que he hecho progresos".
Eso es una subestimación importante. Esta es la chica, después de todo, que encontró la fama como actriz de televisión estadounidense cuando tenía sólo siete años de edad. A los 15 años, ella era ya una estrella del pop, considerada como la sucesora de la reina adolescente de Disney, Miley Cyrus.
Sin embargo, detrás de su radiante sonrisa y hermosa voz, Demi, al igual que otras jovenes estrellas antes de ella, se autodestruía.
La bulimia - que ella había sufrido desde los 12 años - su cuerpo destrozado, y aún no estaba metida en la bebida, la llevaron al consumo abusivo de cocaína, depresión y autolesión.
Luego, en noviembre de 2010, tuvo una crisis pública. Después de golpear a una bailarína de respaldo en un avión durante una gira, Demi fue ingresada en rehabilitación por tres meses. Siguieron otros seis meses cuando estaba desilusionada con la industria, llegando a considerar alejarse de ella.
Sólo ahora, después de que su tercer álbum, Unbroken, saliera a la venta, se siente lista para regresar a los escenarios y hablar acerca de la brutal cultura de Hollywood que casi la destruyó.
"No estoy diciendo que soy perfecta, pero estoy aprendiendo a amar y aceptarme tal como soy. Mi perspectiva es más positiva y soy feliz", dijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario